sábado, 11 de mayo de 2024

La primavera de Sandro Botticelli

El Renacimiento es el periodo artístico de los siglos XV y XVI. Lo hemos visto en clase y hemos trabajado la pintura renacentista con un cuadro muy famoso de Sandro Botticelli: La primavera.

Este cuadro muestra todas las caracteristicas de la pintura renacentista: la popularidad del artista ( bajo el mecenazgo de los Médicis y apodado el "tonelete"=botticelli porque su hermano era un rico comerciante florentino de vino); el naturalismo/realismo (logrado por el dominio de la perspectiva, la profundidad, el movimiento, los personajes de espalda, la minuciosidad de pintar más de 150 flores diferentes); el tema mitológico; la composición cuidada y muy estudiada; la simetría, proporción y equilibrio que dan armonia visual; el canon de belleza ideal clásico; el simbolismo, de los naranjos o el mirto que hay detrás de Venus...
Todas estas características, y alguna más, hemos estudiado en clase. 

Los recortables del trabajo hecho en clase y las instrucciones están en esta página web. Ahí van las fotos de algunos alumnos y trabajos elaborados:






Además de todas las características anteriores la pintura renacentista es narrativa, es decir, cuenta una historia. Aquí está lo complicado de este cuadro.

Las figuras son fáciles de reconocer pero su actividad en el cuadro no tanto. Vamos a analizarlo: en un bosque de naranjos, laureles y mirto, sobre una verde alfombra de flores y césped, centrando la composición, pero retirada hacia el fondo, aparece la diosa del amor: Venus, observando la escena; sobre ella, su acompañante habitual: Eros /Cupido, disparando las flechas. En primer plano y de derecha a izquierda: Céfiro (el viento) persigue a Cloris (la tierra infértil) que se transforma en Flora (la tierra fértil) repartiendo flores; las tres Gracias, compañeras de Venus, danzando armoniosamente; Mercurio (mensajero del Olimpo) señala hacia arriba alejando las negras nubes para que nada turbe la armonía del jardín.

Uno de los mejores historiadores del arte, Gombrich, ha intentado dar una explicación a esta obra. Según él, todo está relacionado con las teorías neoplatónicas de Marsilio Ficino (un filósofo) y Botticelli representa las fases del amor: Venus no es el amor físico, sino la virtud, el pensamiento…un amor más elevado (platónico) acompañada de las tres Gracias, una de ellas: “Castitas”, de espaldas a nosotros mira a Mercurio, que señala al cielo. Y otro amor pasional, más físico representado por Céfiro persiguiendo a la ninfa. Por ello, el amor que sale de la Tierra como pasión (Céfiro) regresa al cielo como contemplación (Castitas mirando a Mercurio). Lo que empieza como algo físico, carnal, pasional… desaparece, como Cloris, mientras que el amor verdadero debe ser contemplativo, espiritual, profundo, ideal, por tanto, platónico.

Esa es la idea de amor platónico que tenemos porque los hombres del Renacimiento reinterpretaron una cultura pagana, la clásica, en un mundo ya cristiano. Por eso en el siglo XV se diferencia entre un amor erótico, físico, pasional y otro platónico, más elevado, romántico, no concretado en nada, casi imposible...
Pero éste no era el sentido que daba Platón al Eros, al amor. Platón pensaba que el Eros es la atracción que ejerce la belleza, cualquier tipo de belleza: a un cuerpo, a un discurso, a la ciencia, a la verdad, al bien... Hacia cualquier cosa que nos ilumina y nos atrae porque ese contacto nos mejora. Ese camino a la perfección, ese hacernos mejores personas gracias al descubrimiento de la belleza... es el verdadero amor platónico.
Como ha dicho un alumno mío: "En fin, que Platón era un máquina".

Nos vemos por el instituto,
Victoria