sábado, 21 de enero de 2017

La guerra de Cuba


En clase hemos terminado de explicar la Guerra de Cuba. A través del blog os dejo más material:
- unas imágenes que os pueden ayudar a comprender el tema.
- un vídeo sobre los Héroes olvidados del 98 en aquella guerra.
- los libros de la colección Breve Historia son muy buenos por su claridad expositiva y el rigor histórico. Además el precio es muy asequible y los tenéis por unos 3€ en edición electrónica.
Aquí os dejo el inicio del libro, muy recomendable, de la colección dedicado a este tema.

La gente gritaba por las calles «¡A Nueva York!, ¡A Nueva York!» Todo era alboroto por las calles céntricas de las principales avenidas de España. La gente aullaba de patriotismo, se desgarraba el pecho de indignación mientras sonaba un chotis en las plazuelas más concurridas. España estaba de carnavales, España estaba en guerra contra un enemigo que nunca antes había conocido, ¡un pueblo de ladrones, un pueblo de chorizos! ¡Acabemos con los choriceros, que nos quieren quitar nuestro honor, que nos quieren quitar nuestra tierra y nuestro Imperio! Así se desfogaban las manolas y los manolos a ritmo de pasodoble. Una especie de fiesta trágica y rocambolesca se había adueñado de los españoles. Pues a uno le puedes quitar el dinero, el trabajo y hasta la mujer, pero que le quiten un solo pedazo de tierra que regaron los conquistadores con su sangre eso no se puede consentir. ¡A Nueva York! ¡A por los Yankees!…He aquí la crónica de una muerte anunciada, como diría García Márquez. He aquí el ambiente que se vivía en aquel año de 1898 en nuestro país durante los festivos carnavales de aquel año. La población española, ciega de ira patriótica por un enemigo invisible e inventado por los periódicos se lanzaba a las calles demandando a sus dirigentes que aplastaran al enemigo allende los mares, y recuperara las antiguas glorias de antaño. España estaba ciega y la hora del mazazo se aproximaba.


Por último, las palabras del líder del partido conservador, futuro presidente del gobierno cuando dimita Sagasta,  por la pérdida de la guerra:

"Se hace la paz, la razón la aconseja, los hombres de sereno juicio no la discuten; pero ella significa nuestro vencimiento, la expulsión de nuestra bandera de las tierras que descubrimos y conquistamos; todos ven que alguna diligencia más en los caudillos, mayor previsión en los Gobiernos hubieran bastado para arrancar algún momento de gloria para nosotros, una fecha o una victoria en la que descansar de tan universal decadencia y posar los ojos y los de nuestros hijos con fe en nuestra raza (…) "
España sin pulso Francisco Silvela Diario El Tiempo, 16 de agosto de 1898


Nos vemos en clase.
Victoria

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