Como ya hemos hablado en clase, en la Historia de España también tenemos nuestro propio Kennedy. Estamos hablando del general Prim que fue uno de los generales más laureados del Ejército español y a sus 56 años el hombre más poderoso de España. En el momento de morir era presidente del gobierno y ministro de Guerra, capitán general de los Ejércitos, marqués de Castillejos y conde de Reus.
Juan Prim Prat, nacido en Reus en 1814 a finales de diciembre, y siendo hijo de notario, creció en un ambiente familiar típico de la burguesía acomodada.
Prim era el principal valedor del nuevo rey de España, Amadeo I de Saboya, habían transcurrido dos años desde que fuera derribada Isabel II. La intención del parlamento era mantener una monarquía democrática y fue deseo de Prim que nunca un Borbón volviera a ser el jefe del Estado. Esta opinión quedó manifestada en su famoso discurso de los tres jamases:
"No debe aplicarse la palabra jamás, pero es tal la convicción que tengo de que la dinastía borbónica se ha hecho imposible para España, que no vacilo en decir que no volverá jamás, jamás, jamás".
El atentado que acabó con la vida de Prim se produjo la Navidad de 1870. Se trata de uno de los mayores misterios de nuestra historia política, porque nunca se ha esclarecido quién fue el autor intelectual, que diríamos hoy, del asesinato. En el año 2014 se celebró el bicentenario de su nacimiento. Para los actos de conmemoración que se prepararon en Reus, su ciudad natal, se exhumó su cuerpo embalsamado. La versión oficial había sostenido que Prim murió tres días después del atentado y a causa de las heridas producidas por los disparos que recibió. Sin embargom, una reciente investigación de Francisco Pérez Abellán dice que Prim murió tres días antes de lo que entonces se dijo (se esperó para dar la noticia de su muerte a que ya estuviera en España el rey Amadeo) y a manos de personas de su total confianza porque fue rematado por estrangulamiento.
El 27 de diciembre de 1870 el presidente del gobierno salió del Congreso y se subió a la berlina con el objetivo de llegar hasta el Ministerio de la Guerra, donde tenía su residencia. Mientras su vehículo recorría la calle del Turco (la actual Marqués de Cubas), dos coches de caballos le cortaron el paso al líder político del momento y el hombre más importante del país. Sin previo aviso, varios sujetos se acercaron hasta la berlina y dispararon contra los ocupantes (Prim, su ayudante y el general Moya). Tras los hechos, Prim quedó herido de muerte.
El 27 de diciembre de 1870 el presidente del gobierno salió del Congreso y se subió a la berlina con el objetivo de llegar hasta el Ministerio de la Guerra, donde tenía su residencia. Mientras su vehículo recorría la calle del Turco (la actual Marqués de Cubas), dos coches de caballos le cortaron el paso al líder político del momento y el hombre más importante del país. Sin previo aviso, varios sujetos se acercaron hasta la berlina y dispararon contra los ocupantes (Prim, su ayudante y el general Moya). Tras los hechos, Prim quedó herido de muerte.
Jamás se ha llegado a identificar al verdadero responsable. Entre los sospechosos de planear su muerte están el republicano Paul y Angulo, que amenazó de muerte a Prim la misma tarde del atentado; el duque de Montpensier (cuñado de Isabel II, candidato de la Unión Liberal para ser rey de España y que también había financiado parte de la revolución gloriosa para llegar al trono) y el propio general Serrano (el "general bonito" como le llamaba Isabel II cuando era su amante. Éste apoyaría la revolución contra la reina y después se convertiría en regente y mano derecha de Prim. En fin, uno de los mayores oportunistas de la historia de España que tiene a su nombre una de las avenidas comerciales más importantes de Madrid, la calle Serrano, en pleno centro de la capital).
En 1872, uno de los biógrafos de Prim, Orellana, comentó en su libro:
“Todos los partidos políticos condenaron el crimen; y, sin embargo, éste no pudo ser obra de una venganza personal ni menos un asesinato pagado. No se ejecuta una venganza recurriendo a diez, o doce, o veinte o más hombres, que fue el número de los que probablemente intervinieron en aquel acto. No hay nadie que pudiendo pagar tantos criminales pueda comprar su secreto y se exponga de ese modo a la eventualidad de un arrepentimiento o de una indiscreción. No; el asesinato de Prim fue obra de muchos, concertado en algún conciliábulo político, en alguna sociedad secreta o en algún centro de malvados enemigos de España”.
En fin, ¿qué hubiera pasado si Prim, principal valedor de un rey democrático, no hubiera sido asesinado? La respuesta y otras muchas cuestiones interesantes sobre lo que estamos viendo en clase lo tienes pinchando aquí.
Además, Prim sería el primero pero...no el último. En esta imagen podemos ver otros presidentes del gobierno de España asesinados en atentados.
La diferencia principal es que sí se conocen a los culpables (los anarquistas y ETA) mientras que el asesinato de Prim siempre quedó sin resolver.
Saludos,
nos vemos en clase.
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